Continuamos con la segunda parte de nuestro artículo dedicado a la cerveza.
La fabricación y el consumo de cerveza se extendió rápidamente por las civilizaciones que florecían a lo largo de Asía, África y Europa y fue consumida durante muchos milenios casi sin apenas modificación. Los egipcios situaron su origen en las manos de la diosa de la agricultura, Osiris, como un regalo de los dioses a los humanos. En Mesopotamia se perfeccionó la manera de tomarla al servirla en ánforas y disponer cada comensal de una especie de “pajita” gigante que hecha de madera que contenía un filtro de tela. Dichas “pajitas” variaban según el nivel económico de su dueño llegando a existir modelos decorados con piedras y metales preciosos.
Así por ejemplo llegamos a la Edad Media donde en las abadías europeas se perfeccionaron las técnicas de elaboración (el primer tratado sobre la cerveza se escribió en el siglo XVI), dando origen a variedades que siguen presentes hoy como las cervezas Trapistas. Dichas técnicas fueron refinándose con el paso de los siglos, aunque perviven monasterios donde se sigue elaborando cerveza a la manera tradicional.
El auge de la Revolución Industrial y el avance de la microbiología en el siglo XIX, permitió que la producción de cerveza aumentase considerablemente, siendo uno de los primeros alimentos sometidos a los procesos de industrialización. Los principales centros productivos de cerveza en Europa durante aquella época se localizaban en Inglaterra y Alemania. En Alemania se situaba la ciudad de Pilsen (hoy en la República Checa), la cual fue el gran centro neurálgico de los avances científicos y técnicos en el proceso de elaboración cervecero. Gracias a un artículo publicado en 1827 por John Baptiste Henri Joseph Desmazières en el cual se muestran ilustraciones de la levadura de la cerveza vista a través del microscopio, aumenta drásticamente el interés por estos microorganismos en toda Europa, incrementando los fondos que las empresas cerveceras reservaban a las investigaciones y mejoras de sus productos. Esta levadura fué nombrada como Mycoderma cervisiae. Décadas después, el hecho de que pudieran cultivarse levaduras artificiales en gran número, incrementó la expansión mundial de esta bebida hoy presente en los 5 continentes.
Finalizamos nuestro repaso a la historia de esta antigua bebida nacida gracias a la casualidad y la fortuita acción de nuestros compañeros, los microorganismos.
¡Salud!
Enlace previo: CERVEZA, LA BEBIDA DE LOS DIOSES. (I)
Vía La Búsqueda del Biodroide (blog de biología)
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